Unificación de los reinos peninsulares.
Reinos españoles en tiempos de los Reyes Católicos. |
Como ya explicamos en clase, España es un invento relativamente reciente. Durante toda la Edad Media hubo en la Península infinidad de reinos, dependiendo del momento histórico. En la época de los Reyes Católicos, el mapa estaba de la manera que podéis comprobar en la imagen de la derecha.
En 1479 había dos grandes reinos, poderosos y bien armados: Castilla y Aragón. Luego estaban el reino musulmán de Granada, el reino cristiano de Navarra y finalmente el reino de Portugal. Los Reyes Católicos se propusieron la unificación territorial de la Península, para evitar en un futuro guerras y conflictos entre los diferentes países. De manera que empezaron a llevar a cabo su plan, paso a paso:
Boabdil rindiéndose a los Reyes Católicos. |
PRIMER PASO. Conquista del reino musulmán de Granada. Desde 1479 (año en el que Isabel y Fernando se convierten en reyes) hasta 1492, todos los esfuerzos económicos y militares estuvieron encaminados a la conquista del reino de Granada. Tras muchas batallas, muertes y barbaridades varias, finalmente se consigue el objetivo. Boabdil, el último rey de Granada, rinde la ciudad y su reino a los Reyes Católicos. Dicha rendición evitó que hubiera batalla, de manera que Granada no fue destruida. Este es el motivo por el cuál granada conserva bellísimos monumentos musulmanes, como la Alhambra, el palacio del Generalife o el barrio del Albaicín.
SEGUNDO PASO. Anexión de Navarra. Después de lo de Granada, el siguiente movimiento era la conquista de Navarra. Ésta fue una invasión militar acaecida en 1512, y en la que apenas hubo derramamiento de sangre. El mismo rey Fernando se encargó de dirigir a los soldados, terminando en apenas un mes la tarea.
Felipe II, uno de los reyes más poderosos e influyentes de la historia de España. |
TERCER PASO. El tema portugués. Con todo lo demás conquistado, lo único que faltaba ya era Portugal. Pero Portugal era un hueso duro de roer. Tenía un poderoso ejército y mucho dinero, fruto del comercio de especias. Por ello los Reyes Católicos descartaron la idea de conquistar militarmente a nuestro vecino, y en su lugar casaron a dos de sus hijas (Isabel y María) con Alfonso (infante de Portugal) y con Manuel I (rey de Portugal). La jugada era buena: ya que la anexión militar era imposible, se optaba por el casamiento, que llevaría a que uno de los futuros hijos de estos matrimonios acabara heredando las coronas de Portual, Castilla Y Aragón. De esta manera la unidad de los reinos ibéricos quedaría en el futuro asegurada. Y la jugada funcionó (aunque mucho después: fue un nieto de los Reyes Católicos, Felipe II, el que acabó siendo rey de Portugal, y por tanto, y finalmente, rey de todos los reinos de la Península Ibérica: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal)
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