Musulmanes. La reconquista había ido dejando tras de sí comunidades musulmanas en diversos lugares. Éstas habían sido toleradas por los cristianos, que permitían a los islámicos practicar su religión. Sin embargo ésto cambiaría durante el reinado de los Reyes Católicos.
Cristianos. Eran la inmensa mayoría, y por tanto la religión domiante.
Judíos. Eran minoría. Llevaban viviendo en la Península Ibérica desde el año 70 d.C, cuando habían sido expulsados de Jerusalén por los romanos. Por lo tanto, se podía decir que llevaban por aquí casi toda la vida.
Como era costumbre en su proceder, los Reyes Católicos empezaron por el rival más débil. En este caso, los Judíos. En marzo de 1492 promulgaron el siguiente decreto:
Traducción:
Judíos camino del destierro. |
Salón de reinos de la Alhambra. Lugar en el que muy posiblemente se firmó la expulsión de los Judíos. |
Damos y otorgamos permiso a los anteriormente referidos Judíos y Judías a llevar consigo fuera de nuestras regiones sus bienes y pertenencias por mar o por tierra exceptuando oro y plata, o moneda acuñada u otro artículo prohibido por las leyes del reinado. De modo que ordenamos a todos los concejales, magistrados, caballeros, guardias, oficiales, buenos hombres de la ciudad de Burgos y otras ciudades y villas de nuestro reino y dominios, y a todos nuestros vasallos y personas, que respeten y obedezcan con esta carta y con todo lo que contiene en ella, y que den la clase de asistencia y ayuda necesaria para su ejecución, sujeta a castigo por nuestra gracia soberana y por la confiscación de todos los bienes y propiedades para nuestra casa real y que esta sea notificada a todos y que ninguno pretenda ignorarla, ordenamos que este edicto sea proclamado en todas las plazas y los sitios de reunión de todas las ciudades y en las ciudades principales y villas de las diócesis, y sea hecho por el heraldo en presencia del escribano público, y que ninguno o nadie haga lo contrario de lo que ha sido definido, sujeto al castigo de nuestra gracia soberana y la anulación de sus cargos y confiscación de sus bienes al que haga lo contrario. Y ordenamos que se evidencie y pruebe a la corte con un testimonio firmado especificando la manera en que el edicto fue llevado a cabo.
En clase, todos juntos, sacaremos conclusiones acerca de este texto.
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