Sin embargo, alrededor del año 220 antes de Cristo un sabio griego llamado Eratóstenes hizo un descubrimiento asombroso. A sus oídos llegó que en Siena (un pueblo del sur de Egipto, cera del actual Asuán) el fondo de los pozos era iluminado completamente por el sol en la mediodía del día 21 de junio. Sin embargo, ese mismo mediodía del 21 de junio, en Alejandría (ciudad en la que él vivía), el fondo de los pozos tenía algo de sombra. Eratóstenes pensó: "Vamos a ver. Si la Tierra fuera plana, el sol iluminaría por igal todos los lugares y todos los pozos. La única explicación posible de que dos pozos separados tengan sombras diferentes es que la Tierra sea esférica"
Esquema del razonamiento de Eratóstenes. El rayo de sol cae completamente vertical en Siena; en tanto que en alegrandría tiene una inclinación de 7º 12'. |
Después hizo los cálculos necesarios para averiguar cómo de grande sería la esfera terrestre. Tomando como referencia la distancia entre Siena y Alejandría, y mediante trigonometría, estableció la circunferencia de la Tierra en 39.614km. Tuvo mucho mérito, ya que casi acierta: la circunferencia real es de 40.008km.
Desgraciadamente muchos, bien por incapacidad mental o bien por cerrazón, no entendieron lo que Eratóstenes había explicado y demostrado. De manera que el tiempo transcurrió y la gran mayoría siguió creyendo que la Tierra era plana. Se imaginaban que los mres acababan en cataratas de agua infinita, habitadas por monstruos que devoraban a cualquiera que se aventurase por allí.
La discusión quedó finalmente zanjada en el año 1521, cuando Juan Sebastián Elcano logró completar la primera vuelta al mundo. Su hazaña fue digna de mención, y merece ser tratada en una entrada independiente.
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