viernes, 24 de enero de 2020

Textos del día 24 / 01 / 2020.

Subid aquí los textos.

8 comentarios:

  1. Nadie nunca jamas imaginó que aquello pudiera pasar. Aquel atardecer lo niños estaban jugando un partido fútbol. Los aficionados (en su mayor parte padres y madres) animaban con entusiasmos; la hierba verde relucía con la luz del sol; y las cigüeñas se cagaban en las torretas dela luz. Como siempre que había partido. En definitiva todo era normal.

    Sin embargo y nada mas ponerse el sol, empezó a pasar cosas raras. Primero las cigüeñas huyeron despavoridas, sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo se echase mano a los orejas. Y de repente , como por arte de magia una brillante luz apareció de la nada, iluminando todo el cielo. Casi todos los que estaban allí salieron corriendo. Todos menos Gabriel, que se lio a tirar piedras contra aquello que flotaba en el cielo.

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  2. Nadie nunca jamás imaginó que aquello pudiera pasar. Aquel atardecer los niños estaban
    jugando un partido en el campo de fútbol. Los aficionados (en su mayor parte madres y padres) animaban con entusiasmo; la hierba verde relucía con los rayos de sol; y las cigüeñas se cagaban en las torretas de la luz, como siempre que había partido. En definitiva todo era normal.

    Sin embargo, nada más ponerse el sol empezaron a pasar cosas raras. Primero las cigüeñas huyeron despavoridas, sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo que la gente se echase las manos a las orejas. Y de repente, por arte de magia, una brillante luz que apareció de la nada, iluminando todo el cielo. Casi todos los que estaban allí salieron corriendo. Todos menos Gabriel, que se lio a piedras contra aquello que flotaba en el cielo.

    Soy Raúl

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  3. Nadie nuca jamás que aquello pudiera pasar. Aquel atardecer los niños estaban jugando un partido en el campo de fútbol. Loa aficionados ( en su mayor parte padres y madres) animaban con entusiasmo; la hierba verde relucía con los rayos del sol; y las cigüeñas se cagaban en las torretas de la luz, como siempre que había partido. En definitiva todo era normal.

    Sin embargo, y nada más ponerse el sol, empezaron a pasar cosas raras. Primero las cigüeñas huyeron despavoridas, sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo que la gente se echase mano a las orejas. Y de repente, como por arte de magia una brillante luz apareció de la nada, iluminando todo el cielo. Casi todos los que estaban allí salieron corriendo.
    Todos menos Gabriel, que se lio a tirar piedras contra aquello que flotaba en el cielo.



    Soy SERGIO

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  4. EN UN CAMPO DE FÚTBOL.

    Nadie nunca jamás nuca imaginó que aquello pudiera pasar. Aquel atardecer los niños estaban jugando un partido en el campo de fútbol. Los aficionados (en su mayor parte madres y padres) animaban con entusiasmos; la hierva verde relucía con la luz del sol; y las cigüeñas se cagaban en las torretas de la luz, como siempre que había partido. En definitiva: todo era normal.

    Sin embargo y nada más ponerse el sol empezaron a pasar cosas raras. Primero las cigüeñas huyeron despavoridas, sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo que la gente se echase las manos a los orejas. Y de repente, como arte de magiá, una brillante luz apareció apareció de la nada, iluminando todo el cielo. Casi todos los que estaban allí salieron corriendo. Todos menos Gabriel, que se lio a tirar piedras contra aquello que flotada en el cielo. CONTINUARÁ...

    Soy Selene.

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  5. LA ESPECIE DE OMNI

    Nadie nunca jamás imagino que aquello pudiera pasar. Aquel atardecer los niños estaban jugando un partido en el campo de fútbol. Los aficionados (en su mayor parte madres y padres)
    animaban con entusiasmo; la hierba verde reducía con los rayos de sol; y las cigüeñas se cagaban en las torretas de la luz, como siempre que había partido. En definitiva: todo era normal.

    Sin embargo, y nada más ponerse el sol, empezó a pasar cosas raras. Primero las cigüeñas huyeron despavoridas, sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo que la gente se echase mano las manos a los orejas. Y de repente , como por arte de magia, una brillante luz apareció de la nada, iluminando todo el cielo. Casi todos los que estaban allí habían salieron corriendo. Todos menos Gabriel, que se lio a tirar piedras contra aquello que flotaba en el cielo.

    Marco Pacheco

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  6. Nadie nunca jamas imagino que aquello pudieron pasar. Aquel atardecer los niños estaban jugando un partido en el campo de fútbol. Los aficionados ( en su mayor parte madres y padres) animaban con entusiasmo ; la hierba verde relucía con la luz del sol; y las cigüeñas sobrevolaban se cagaban en las torretas de la luz como siempre que había partido. En definitiva todo era normal.


    Sin embargo y nada mas ponerse el sol, empezó a pasar cosas raras. Primero las cigüeñas huyeron sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo que la gente se echaron las manos alas orejas. Y de repente como por arte de magia una brillante luz apareció de la nada iluminando todo el cielo. Casi todos los que estaban allí salieron corriendo. Todos menos Gabriel, que se lio a tirar piedras contra aquello que flotaba en el cielo.


    CONTINUARA...

    SOY ALEXANDRA

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  7. Nadie nunca jamas imagino que aquello pudiera pasar.
    Aquel atardecer los niños estaban jugando un partido en el campo de fútbol.
    Los aficionados ( en su mayor partes madres y padres y madres)
    animaban con entusiasmo; la hierva relucía con la luz del sol; y las cigüeñas se cagaban en las torretas de la luz, como siempre que había partido. En definitiva: todo era normal.


    Sin embargo, y nada mas ponerse el sol, empezó a pasar algo raro. Primero las cigüeñas hullero despavoridas, sin motivo aparente. A continuación un pitido agudo y chillón hizo que la gente se echase las manos a las orejas. Y de repente como por arte de magia una brillante luz apareció de la nada , iluminando todo el cielo. Casi todos los que allí habían salieron corriendo. Todos menos Gabriel, que se lio a tirar piedras contra aquello que flotaba en el cielo.

    Soy MARUCHI

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