Naranjón. |
Un buen día Naranjón estaba viendo
la tele cuando, durante los anuncios, vio que había en Valencia una
fábrica llamada “Don Simón” que exprimía millones de naranjas
diariamente. Naranjón se sintió horrorizado. “¿Por qué le están
haciendo eso a mis semejantes? Tengo que hacer algo”. Y dicho y
hecho: pegó un salto y se fue volando hasta dicha ciudad.
Llegó a Valencia en décimas de
segundo; y desde el cielo pudo divisar la fábrica. Bajó y entró
por la puerta:
- Buenos días ¿Es ésta la fábrica Don Simón?
- Sí, así es. ¿Le puedo ayudar en algo? - respondió la recepcionista, extrañada de que una naranja le estuviera hablando.
- ¡Ya lo creo que sí! ¿Se puede saber qué le estáis haciendo a mis parientes?
- Las estamos exprimiendo ¿Hay algún problema?
- ¡Claro que sí! ¡Y ahora va a haber aún más problemas!
Naranjón
con su súper fuerza comenzó a destruir todo lo que allí había:
exprimidoras mecánicas gigantes, botellas de vidrio, envasadoras...
Después liberó a todas las naranjas y también a sus primos los
limones (incluyendo a súper limón, que estaba preso allí).
Finalmente Naranjón fue en busca del jefe de la fábrica. Cruzó un
largo pasillo y al final de él encontró una puerta grande y dorada.
De una patada la abrió; y allí, en un lujoso y espacioso despacho,
sentado en un sillón de cuero, estaba él: el villano tomate.
-
Qué pasa contigo, villano tomate ¿Te parece bonito triturar a mis
semejantes?
-
Eres igual de tonto que tu primo súper limón – respondió
villano tomate.
-
¿Por qué dices eso?
-
Porque ésto es una trampa, y ahora estás aquí encerrado a mi
merced ¡Exprimidores mutantes, atacad!
Villano
apretó un botón rojo que había sobre su mesa. Al instante los
cuadros del despacho se giraron solos, y de ellos salieron
exprimidores con cuchillas de acero. Fue una lucha terrible: Naranjón
lanzaba sus ataques a las máquinas, pero éstos no surtían efecto.
De hecho, llegado el momento, todas las exprimidoras se fusionaron en
un robot asesino gigante.
- ¡Dios mío, esto es el fin! Jamás podré vencer a este monstruo.
- ¡Tranquilo, Naranjón! Yo te ayudaré.
De
repente un gran ventanal se hizo añicos, y por él apareció Súper
Limón, que se fusionó con su primo dando lugar a Súper Limonjón:
una mezcla con lo mejor de ambos. Súper Limonjón tenía miniguns
por la espalda; de sus dedos salían cohetes; por las cejas disparaba
estrellas ninja; y por los sobacos le salían rayos radiactivos. En
la cabeza llevaba un casco de la II Guerra Mundial; en el pecho una
armadura de púas; en las piernas un pantalón escudo de fuego; y en
los pies propulsores espaciales para volar.
La
batalla comenzó, y Limonjón resultó ganador. Después de vencer
mandó a villano tomate a la luna, y acto seguido convirtió la
fábrica en una discoteca a la que llamaron “Frutidisco”. Allí
todas las frutas iban a bailar y a pasarlo bien.
Pero
villano tomate seguía vivo, y en un futuro buscaría venganza...
Naranjón era un súper héroe con forma y apariencia de naranja. En un día normal y corriente Naranjón se convirtió en súper héroe porqué, la central nuclear de Almaraz reventó y salió radiactividad y entonces al afectarle le hizo volar. Desde aquel día que hubo la explosión no dejó de volar y entonces había covertido en súper héroe. Soy Sergio.
ResponderEliminarNaranjón era un súper héroe con forma y apariencia de naranja. En un día normal y corriente en Almaraz exploto la central nuclear y por desgracia la radiactividad afecto a Naranjón y se convirtió en un súper héroe. Tenía un súper poder muy valioso: le salían rayos radiactivos por los ojos y podía volar hasta el infinito. Soy Raúl
ResponderEliminarNaranjón era un súper héroe con forma y apariencia de naranja. Era un día normal. Naranjón iba paseando por la calle, era una persona hasta que explotó la central se convirtió en una naranja.
ResponderEliminarA el le gustaba mucho la naranja pero le daba cosa beberse a el mismo. Por eso a partir de ese día no bebe mas zumo de naranja, y su mujer se asusto mucho de que llegó su marido transformado en una naranja. El tenía muchos poderes: volar, fuerza, rayo electricidad.
Soy Ángela
La historia de Naranjón
ResponderEliminarNaranjón era un súper héroe con forma y apariencia e naranja. Su historia era la siguiente, era un
hombre llamado Antonio que se dirigía a su casa tras venir de trabajar pero en el camino después de una buena caminata, un fuerte rayo callo sobre el. “!booooooom¡ pero lo raro era que se estaba comienddo una naranja por el camino y , la tenia en la mano pero no paso nada , y siguio adelante a su casa y dejo la naranja encima de una mesilla y a la mañana siguiente desapareció
y desde entonces se combirtio en “SUPER NARANJÓN” y hoy salba las cosechas de Naranjas salvando a las naranjas
Maruchii UwU
Naranjón era un súper héroe con forma y apariencia de naranja. En un día normal y corriente Naranjón se había convertido en súper héroe. De tal manera de que la central nuclear de Almaraz, cierto día, explotó, y la radioactividad hizo que Naranjón se pusiera a tener poderes y ha volar.
ResponderEliminarMarco Pacheco
Naranjón era un súper héroe con forma y apariencia de naranja. Naranjón se había convertido en súper héroe por casualidad; él estaba un buen día colgado de su naranjo, tranquilamente. El naranjal estaba justo al lado de la central nuclear de Almaraz. Nada habría pasado de no ser por la tormenta que se formó aquella tarde, y por el rayo que impactó sobre el reactor, liberando radiactividad que le convirtió a él y solo a él en súper héroe.
ResponderEliminarUn buen día Naranjón estaba viendo la tele cuando, durante los anuncios, vio que había en Valencia una fábrica llamada “Don Simón” que exprimía millones de naranjas diariamente. Naranjón se sintió horrorizado. “¿Por qué le están haciendo eso a mis semejantes? Tengo que hacer algo”. Y dicho y hecho: pegó un salto y se fue volando hasta dicha ciudad.
Llegó a Valencia en décimas de segundo; y desde el cielo pudo divisar la fábrica. Bajó y entró por la puerta:
Buenos días ¿Es ésta la fábrica Don Simón?
Sí, así es. ¿Le puedo ayudar en algo? - respondió la recepcionista, extrañada de que una naranja le estuviera hablando.
¡Ya lo creo que sí! ¿Se puede saber qué le estáis haciendo a mis parientes?
Las estamos exprimiendo ¿Hay algún problema?
¡Claro que sí! ¡Y ahora va a haber aún más problemas!
Naranjón con su súper fuerza comenzó a destruir todo lo que allí había: exprimidoras mecánicas gigantes, botellas de vidrio, envasadoras... después libero a todas las naranjas y también a sus primos los limones (incluyendo a súper limón, que estaba preso allí súper tomate le había encerrado). Finalmente Naranjón fue en busca
del jefe de la fábrica. Cruzó un largo pasillo y al final de él encontró una puerta grande y dorada. De una patada la abrió; y allí en un lujoso y espacioso despacho, sentado en un sillón de cuero estaba él: el villano tomate.
Soy Raúl
Naranjón con su súper fuerza comenzó a destruir toda lo que allí había: exprimidoras mecánicas gigantes, botellas de vidrio, envasadoras... Después liberó a todas las naranjas y a sus primos los limones (incluyendo a súper limón, que estaba preso allí). Finalmente Naranjón fue en busca de jefe de la fábrica. Cruzó un largo pasillo y al final de él encontró una puerta grande y dorada. De una patada la abrió; y allí en un lujoso y espacioso despacho, sentado en un sillón de cuero, estaba él: el villano tomate.
ResponderEliminarMarco Pacheco
Súper Naranjón.
ResponderEliminarNaranjón era un súper héroe con forma y apariencia de naranja. Naranjón se había convertido en súper héroe por casualidad; él estaba un buen día colgado de su naranjo, tranquilamente. El naranjal estaba justo al lado de la central nuclear de Almaraz. Nada habría pasado de no ser por la tormenta que se formó aquella tarde, y por el rayo que impactó sobre el reactor, liberando radiactividad que le convirtió a él y solo a él en súper héroe.
Un buen día Naranjón estaba viendo la tele cuando, durante los anuncios, vio que había en Valencia una fábrica llamada “Don Simón” que exprimía millones de naranjas diariamente. Naranjón se sintió horrorizado. “¿Por qué le están haciendo eso a mis semejantes? Tengo que hacer algo”. Y dicho y hecho: pegó un salto y se fue volando hasta dicha ciudad.
Llegó a Valencia en décimas de segundo; y desde el cielo pudo divisar la fábrica. Bajó y entró por la puerta:
Buenos días ¿Es ésta la fábrica Don Simón?
Sí, así es. ¿Le puedo ayudar en algo? - respondió la recepcionista, extrañada de que una naranja le estuviera hablando.
¡Ya lo creo que sí! ¿Se puede saber qué le estáis haciendo a mis parientes?
Las estamos exprimiendo ¿Hay algún problema?
¡Claro que sí! ¡Y ahora habrá aún más problemas!
Naranjón con su súper fuerza comenzó a destruir todo lo que allí había: exprimidoras mecánica gigantes, botellas vidrios, envasadoras...Después libero a todas las naranjas y a sus primos los limones (incluyendo a súper limón, que estaba preso allí).Finalmente Naranjón fue en busca del jefe de la fábrica. Cruzó un largo pasillo y al final de él encontró una puerta grande y dorada. De una patada la abrió; y allí, en un lujoso y espacioso despacho, sentado en en sillón de cuero, estaba él: el villano tomate.
Continuará...
Soy Selene.
_ Qué pasa contigo, villano tomate ¿Te parece bonito triturar a mis semejantes?
ResponderEliminar_ Eres igual de tonto que tu primo súper limón-respondió villano tomate.
_ ¿Por qué dices eso?
_ Porque ésto es una trampa, y ahora estás aquí encerrado a mi merced ¡ Exprimidores mutantes, atacad!
Villano apretó un botón rojo que había sobre su mesa. Al instante los cuadros del despacho se giraron solos, y de ellos salieron exprimidores con cuchillas de acero. Fue una lucha terrible: Naranjón lanzaba sus ataques a las máquinas, pero éstos no surtían efecto. De hecho, llagado el momento, todas las exprimidoras se fusionaron en un robot asesino gigante.
_¡ Dios mío es el fin! Jamás podré vencer a este monstruo.
SOY ÁNGELA
y apariencia de naranja. Naranjón se había convertido en súper héroe por casualidad; él estaba un buen día colgado de su naranjo, tranquilamente. El naranjal estaba justo al lado de la central nuclear de Almaraz. Nada habría pasado de no ser por la tormenta que se formó aquella tarde, y por el rayo que impactó sobre el reactor, liberando radiactividad que le convirtió a él y solo a él en súper héroe.
ResponderEliminarUn buen día Naranjón estaba viendo la tele cuando, durante los anuncios, vio que había en Valencia una fábrica llamada “Don Simón” que exprimía millones de naranjas diariamente. Naranjón se sintió horrorizado. “¿Por qué le están haciendo eso a mis semejantes? Tengo que hacer algo”. Y dicho y hecho: pegó un salto y se fue volando hasta dicha ciudad.
Llegó a Valencia en décimas de segundo; y desde el cielo pudo divisar la fábrica. Bajó y entró por la puerta:
Buenos días ¿Es ésta la fábrica Don Simón?
Sí, así es. ¿Le puedo ayudar en algo? - respondió la recepcionista, extrañada de que una naranja le estuviera hablando.
¡Ya lo creo que sí! ¿Se puede saber qué le estáis haciendo a mis parientes?
Las estamos exprimiendo ¿Hay algún problema?
¡Claro que sí! ¡Y ahora va a haber aún más problemas!
Naranjón con su súper fuerza comenzó a destruir todo lo que allí había: exprimidoras mecánicas gigantes, botellas de vidrio, envasadoras... Después liberó a todas las naranjas y también a sus primos los limones (incluyendo a súper limón, que estaba preso allí). Finalmente Naranjón fue en busca del jefe de la fábrica. Cruzó un largo pasillo y al final de él encontró una puerta grande y dorada. De una patada la abrió; y allí, en un lujoso y espacioso despacho, sentado en un sillón de cuero, estaba él: el villano tomate.
- Qué pasa contigo, villano tomate ¿Te parece bonito triturar a mis semejantes?
- Eres igual de tonto que tu primo súper limón – respondió villano tomate.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque ésto es una trampa, y ahora estás aquí encerrado a mi merced ¡Exprimidores mutantes, atacad!
Villano apretó un botón rojo que había sobre su mesa. Al instante los cuadros del despacho se giraron solos, y de ellos salieron exprimidores con cuchillas de acero. Fue una lucha terrible: Naranjón lanzaba sus ataques a las máquinas, pero éstos no surtían efecto. De hecho, llegado el momento, todas las exprimidoras se fusionaron en un robot asesino gigante.
- ¡Dios mío, esto es el fin! Jamás podré vencer a este monstruo.
Soy Maruchi ; martes 10 de marzo de 2020.
- ¡Dios mío, esto es el final! Jamás podré vencer a este monstruo.
ResponderEliminar- ¡Tranquilo, Naranjón! Yo te ayudaré.
De repente un gran ventanal se hizo añicos, y por él apareció Súper Limón, que se fusionó con su primo dando lugar a Súper Limonjón: una mezcla con lo mejor de ambos. Súper Limonjón tenía miniguns por la espalda; de sus dedos salían cohetes; por las cejas disparaba estrellas ninjas; y por los sobacos le salían rayos radiactivos. En la cabeza llavaba un casco de la II Guerra Mundial; en el pecho una armadura de púas; en las piernas un pantalón escudo de fuego; y en los pies propulsores espaciales para volar.
La batalla comenzó, y Limonjón resultó ganador. Después de vencer mandó a villano tomate a la luna, y acto seguido convirtió la fábrica en una discoteca a la que llamaron “ Frutidisco”. Allí todas las frutas iban a bailar y a pasarlo bien.
Pero villano tomate seguía vivo, en el que un futuro buscaría venganza.
Ángela Requero Cobos
MANDADO PARA EL SEÑOR COCACOLO