martes, 21 de abril de 2020

Cuento de Selene.

Mirad qué maravilla ha escrito Selene. Me lo ha enviado al correo, y lo quiero publicar aquí, puesto que creo que realmente vale la pena que lo leáis. ¡Buen trabajo, Selene! Sumas 4 puntos para hoy, 21 de Abril.


TíTULO: LA HISTORIA QUE SE HIZO REALIDAD.

Éranse una vez cuatros amigos llamados Pablo, Daniel, Mateo y Mattiyahu.

Todo ocurrió el día 02 de julio del año 1800, que era el día más caluroso del verano.

Todos vivían en una isla llamada “Malta”, que está situada en un extremo del “Mar Mediterráneo”.
Eran los cuatros mejores amigos.

Un día coincidieron en un bar, y se empezaron a contar sus historias. Que a lo mejor no eran historias, y que a lo mejor eran realidad, porque los cuatros contaron la misma. “Qué casualidad” - dijeron todos a la vez. Así es que:

  • Pablo dijo: yo voy a investigar las aguas del océano Mediterráneo.
  • Daniel dijo: yo voy a comprar provisiones y acompañaré a mi amigo Pablo.
  • Pablo dijo: Gracias amigo.
  • Mattiyahu se unió a ellos y dijo: yo voy a coger el barco de mi padre.
  • Mateo no fue el peor amigo, él también se unió y dijo: "yo conseguiré Armas".
  • Pablo dijo: ¿ Armas para qué, Mateo?
  • Mateo contestó: Sí, espadas, por si tenemos que defendernos.

Pablo, Daniel y Mattiyahu pensaron que era de cachondeo , que solo iba con ellos para tener una aventura con sus amigos.

  • dijo Pablo; quedamos el fin de semana que viene en el muelle donde el padre de Mattiyahu tiene el barco.

Al fin de semana siguiente los cuatros se presentaron en el muelle, junto al barco, a las 5:00 de la madrugada. Empezaron a guardar todas las cosas en el barco (comidas, barca, bebidas, traje de buceo, etc..). A las 5:30 de la madrugada zarparon todos en el barco.

Tras 6 días navegando se encontraron con un barco desconocido.

Los desconocidos se acercaron hacia los amigos y les preguntaron que dónde iban o que si se habían perdido.

Los desconocidos respondieron:

  • No, no nos hemos perdido, venimos en busca de un tesoro que se encuentra en el fondo del Mar Mediterráneo, a 500 metros a mano derecha.

Mateo, cogió su espada y seguidamente también las cogieron Pablo, Daniel y Mattiyahu.

Los desconocidos vieron que en la bandera ponía “Somos los lideres de los tesoros”.

Empezaron a abordar el barco de Mattiyahu, empezaron a pegarse, lucharon con las espadas, se enfrentaron de tal manera, que los cuatros amigos ganaron. Y con las pistas que les habían dichos los desconocidos empezaron a sumergirse en el mar; con sus trajes de buceo, de uno en uno, para proteger el barco. Cuando fue el turno de Mateo, se sumergió muy profundo, a 5.000 metros de profundidad. Y ahí estaba el tesoro, por lo menos eso pensó al ver brillar algo.

Muy veloz y contento salió nadando a la superficie para comentárselo a sus amigos. Cuando llegó al barco, Mateo subió a bordo y corriendo sin decir nada tiró el gancho y empezó a inflar la barca. Así es que mientras que inflaba la barca se lo contó a los amigos.

Todos saltaron de alegría. "¡ Bien! ¡ Lo hemos encontrado! ¡ Seremos ricos!".

Mateo pensó que era historia y que no era verdad.

Una vez anclado el barco y la barca inflada. Empezaron a bajar de dos en dos y subieron en unas redes 2 cofres y 4 lingotes de oro. 

Cuando subieron a la borda dijeron Daniel y Pablo:
  • Mateo, no era broma; es el tesoro.

Subieron la cuerda y al abrir los cofres vieron que eran monedad de oro y de bronce. Así es que, aunque no sabían que había algo mas, bajaron buceando Mateo y Mattiyahu para echar un vistazo.

Al levantar un cacho de madera se encontraron la sorpresa de que había... otros dos cofres y cuatro lingotes más de plata y otros cuatro lingotes de bronce.

Subieron a la barca y se dirigieron al barco para subirlo a bordo; y tiraron de la cuerda para subirlo.

Todos se pusieron muy contentos y regresaron a Malta, que era la isla donde vivían ellos. Llegaron a su pueblo tras navegar otros seis días, a las 5:00 de la mañana.

Cuando estaban llegando a puerto Mattiyahu llamo a su padre Fran Núñez para decirle que fuera con el camión al puerto para que los recogieran.

Cuando llegaron a la casa de Mattiyahu, se lo enseño a su padre pero.. No se lo podía creer. "Siempre pensé que eran historias de fantasías", dijo el padre. Pablo llamó a su esposa Rocío, Daniel a su madre Paloma y Mateo a su esposa Nuria. Todos juntos saltaron de alegría y empezaron a celebrarlo.

FIN

Autora: Selene Álvarez Sánchez

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